“AQUÍ SOLO QUEREMOS SER HUMANO”

LA ORDEN DE PREDICADORES FUE FUNDADA EN 1216 Y LLEGÓ A AMERICA EN 1510. Desde sus inicios percibió el contacto con el mundo intelectual y con el arte como algo vital para llevar a cabo la predicación. No se puede hablar de lo divino sin tener en cuenta lo humano.

La orden ha tenido como horizonte evangelizador el hacer emerger lo humano. Lo hizo en 1511 cuando los frailes predicadores dieron su primer sermón en la isla de La Española y denunciaron el maltrato de los indígenas por parte de los conquistadores. A partir de esa denuncia se embarcan en un esfuerzo de promoción humana que ha dejado huella: universidades, modos de producción (Verapaz), arquitectura, arte religioso. De hecho los frailes se hicieron “artistas” y artesanos para transmitir su mensaje a los pueblos de nuestras tierras.

Para la Orden no se trataba de conquistar, sino de encontrar lo mejor de la humanidad radicada en América para encontrar, juntos, caminos para hacer evidente la presencia de Dios en las historias de las Américas.

 

Cinco siglos después de la llegada de los dominicos a América nos volvemos a encontrar en un mundo americano lleno de dolor, sufrimiento y grandes depresiones sociales, y hoy como ayer para la Orden se hace necesaria la pregunta que Fray Antonio de Montesinos se hizo hace 500 años ¿Acaso estos no son hombres? ¿ Acaso la violencia y el odio nos ha vuelto animales? En lo absoluto, es posible que los procesos sociales no nos hayan llevado a la autentica humanización que se ha deseado y por ello queremos mantener el compromiso que se inicio hace 500 años.

Nuestro compromiso toma cuerpo en la necesidad de brindar espacios estéticos que nos recuerden a los ciudadanos lo bueno y bello que ha sido nuestro pasado. Es decir, nuestra misión es recordarles a los guatemaltecos que la violencia y la muerte que ella produce no son el destino que tenemos. Nuestro afán es recordar, a través de la arquitectura y de la expresión artística de un convento que hoy esta en ruinas, pero que puede convertirse en un centro cultural y religioso de gran alcance, aquello que decía el poeta Otto Rene Castillo “Aquí solo queremos ser humano”.

El arte humaniza, los espacios para crear un hombre y una mujer nueva son necesarios, es una exigencia, y desde el pasado de la Orden queremos colaborar en este proceso, restaurando el antiguo convento para hacer de el ese espacio de florecimiento del humanismo guatemalteco, un humanismo que no esta llamado a surgir de las grandes elites y espacios ya consolidados, sino que esta llamado a hacer de los lugares periféricos un nuevo aeropago de cultura, y es que junto al Ex convento se encuentra la línea, el Tuerto, Gerona, es decir barrios pobres que necesitan un espacio para ser, para llegar a ser, para volver a ser.

Soñamos con una Guatemala diferente, una Guatemala en la que todos nos debemos comprometer, el proyecto de restauración se sueña y se piensa como uno de largo plazo en donde la inversión no es un gasto de infraestructura, sino que es una inversión en lo humano. Con este trabajo que se desea realizar en el Ex convento nos garantizamos, al menos, cincuenta años de un espacio dedicado al arte, a la cultura, y por que no, a un espacio para pensar en Dios desde la naturaleza del guatemalteco.

Fray Mario Torres Escobar O.P.

Prior del Convento de Santo Domingo.-